El sofisticado sistema actual, dirigido por los incorpóreos mercados y personificado por sus  servicios de relaciones publicas  PP y PSOE, resulta que nos está retornando mil años atrás , cuando existían las servidumbres de la tierra, un lugar entre el esclavismo y el capitalismo.
Todo para mantener el actual sistema. Podemos decir aquella expresión de !mas madera!, así terminaremos desmontando nuestros muebles y echándolo a la hoguera capitalista, y lo peor de todo es que lo están haciendo aun sabiendo que no sirve de nada, porque nada puede saciar la avaricia descontrolada, de un puñado de caciques internacionales.
Se inyecta dinero fruto de esquilmar al pueblo a base de impuestos, y nada, a los pocos días  dicen que no es suficiente, que necesitan más, y mas, y mas... Y así ¿hasta cuándo?
¿Es que no hay otra solución?
 Por todas partes, en cuanto que comentas con cualquiera el tema de la  economía, sale la expresión: "A ver si se va la crisis ya, de una vez".
Lo expresan como si se tratase de un imprevisible fenómeno atmosférico, una borrasca o  una sequia. Y no es de extrañar que dentro de poco, haya voces clamando a sacar santos en procesión, como antaño, para que cambie la suerte.
Sin embargo, como  es de esperar las peregrinaciones no hacen la lluvia, ni  sacan al sol de entre las nubes.
Así, por muchos pastizales de euros que demos en penitencia  a los mercados, nada va a cambiar nuestro derrotero. Vamos rumbo a la gleba
Los bipartidistas tienen objetivos comunes. Según  dicen, y les ordenan decir sus superiores (la banca y  las grandes fortunas capitalistas), su propósito es crecer. Y es que esta plutocracia  busca  por encima de todo el crecimiento de los mercados, y este incremento se basa en permitir y obligar a las personas a poseer cualquier cosa por muy inservibles y vanales que sean. Con tal que produzca ganancia al sistema, no importa que se destruya la naturaleza, que el medio ambiente se contamine hasta ser  tóxico para cualquier ser vivo,  que media humanidad muera de hambre, mientras se pudren los alimentos acaparados para subir los precios con la demanda, tampoco importan las guerras, ni la explotación de personas del tercer y  del primer mundo. No importa nada, nada con tal de seguir creciendo.
Y sin embargo la solución no es crecer, es repartir.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen artículo. Fuera el capitalismo, fuera la avaricia sin fin. República ya.

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